lunes, 4 de agosto de 2014

Querer morirse es también querer vivir

mirar el techo para construir un mapa de países imaginarios

mirar el techo para descubrir que todos queremos mirar el techo

mirar el techo para que algo nos mire de vuelta

mirar el techo para sentir el descenso

mirar el techo buscando una idea y quedarse mirando el techo

mirar el techo porque no podemos verle la cara a quien descansa a nuestro lado

mirar el techo para constatar que hay algo que no se nos ha venido encima

mirar el techo porque es lo más parecido que tenemos del cielo

mirar el techo a los ojos para que sepa que cuenta contigo

mirar el techo para preguntarle si es una nube de piso

mirar el techo para rezarle a un Dios de piedra

mirar el techo hacia arriba para ver si caen pleonasmos, hacia abajo

mirar el techo, amarlo, porque es lo único que tienes

mirar el techo y esperar que el sol salga por una de sus esquinas

mirar el techo para contarle los silencios a sus manchas

mirar el techo para contarle las manchas al silencio

mirar el techo con alevosía para que en su condena te aplique agravantes

techar la mirada para dar cobijo a las imágenes

que el techo te mire a ti y no le devuelvas la mirada y lo dejes solo, sin cielo, mirando su palíndromo que es el piso

No hay comentarios: