miércoles, 8 de abril de 2009

Los perros no saben de bloqueos

Rocky lo ve con sus ojos tristes. La mayoría de los perros de esa raza parecen tenerlos. Los ojos tristes. Él ha decidido no proyectarse en su perro. Sabe que sería un acto de injusticia achacarle cosas a un ser tan noble. Así que no lo define, no lo categoriza como un perro triste. Sólo se fija en sus ojos.

Su perro es lo único que le ha quedado luego del divorcio. Bueno, también están el cheque equivalente a dos meses de sueldo y la cuenta de retiro a plazo fijo. Pero el cheque ya se le ha esfumado en la mudanza y la cuenta no puede hacerse efectiva sin que se pierda la casi totalidad de los fondos. Ambos son recursos inútiles: uno no existe ya, el otro está enterrado en el término de un acuerdo. Rocky es lo único. Lo actual. El resumen vivo de la separación.

La gente siempre pregunta. Cuando le preguntan, él les dice que ambos trataron duro, que ambos hicieron un esfuerzo. Incompatibilidad de caracteres lo llaman y él echa mano a la definición, a la clasificación, como si todo fuera tan sencillo. Puede que de tanto repetirlo un día se lo crea. Pero aún no ha llegado a ese momento. En el fondo, su opinión es otra. Diferente. La mujer había crecido pantalones. Unos largos. Más largos que los suyos. Puede que hasta haya crecido un pene. Y esto siempre es un problema.

Después estaba el asunto del tipo. Había aparecido uno. Al final siempre pasa. De conocido circunstancial, el tipo pasó a ser un amigo de toda la vida: uno de los que entiende, de los que pone el hombro y es pañito de lágrimas. Uno de esos que consuela. Las aves de carroña son una realidad, son antipáticas, oportunistas, depredadoras, pero uno no las toma contra ellas. Es su naturaleza alimentarse de las vísceras de otros. Para eso existen. No son ni buenas ni malas, sólo son un resultado. Es necesario que exista un cadáver, un cuerpo muerto y hediondo, un fallo, para que aparezcan y coman. Por eso él no lo toma contra ellas. Ni contra el tipo.

Quedan Rocky y él, él y el perro. También están las deudas, la soledad, las preguntas. Están las páginas en blanco. Él siente un desgano absoluto por escribir. Es escritor pero se le han acabado las historias, se ha quedado atrapado en una. En la suya. Y todo es descenso, caída. No sabe cómo escapar. Y Rocky no puede. Le es imposible escapar. Lleva collar y cadena. Sólo lo sigue. Siguiendo, descendiendo.

A veces llora. Saca a Rocky a pasear y llora. La gente lo ve con terror. Cambian de acera. Él sigue paseando al perro mientras llora. Llorar no resulta conmovedor a las seis de la mañana. Es una cuestión de perdedores. Él sabe que no se lo dicen, pero lo piensan. A sus espaldas la gente piensa que es un bicho raro, un perdedor. Pero él es lo que es. No le importa. La valía no tiene que ver con los resultados del juego. Sino con la calidad. Se es buen jugador o no.

En el descenso son muy pocas las cosas que se pueden hacer. Para subir hay que romper la inercia, para caer no es necesario hacer nada. Son pocas las cosas que se pueden hacer. Él no hace nada. Está bloqueado. No intenta siquiera meditar. No le resulta cómodo ni inteligente. Tiene mucha mierda adentro y no quiere remover. Sólo mira a su perro, a la página en blanco, a su perro, a la página en blanco.


Como todo lo que sube también baja, es posible que también lo que caiga pueda elevarse de nuevo. Para ese momento él espera estar preparado. Puede que tenga algo para escribir. Puede que levite. Mientras, espera. Y Rocky; bueno, no está triste. Sólo son sus ojos. Un perro no sabe de bloqueos, de estancamiento. No juzga, no condena, no resuelve, no intelectualiza, no proyecta. Es más básico y más grandioso. Es por eso que Rocky no está triste.

2 comentarios:

Jose Urriola dijo...

Vicente,
Bravo por Rocky, esa gente es lo máximo. Mucho mejores, como me enseñó un maestro alguna vez, que la otra gente. Y son excelentes compañeros para pasar este tipo de tragos; qué bien que se quedó de tu parte.
Bravo también por el texto, es poderoso.

Vicente Forte Sillié dijo...

Gracias Jose.
Si, estos seres son lo máximo.
Saludos.
V.