domingo, 13 de diciembre de 2020

ORACIÓN BREVE A LA EUFORIA

que pueda
aspirar el ser
como si fuera cocaína 
habitar el ahora
hasta que no haya espacio
que este globo 
caiga demasiado lleno
que consiga en el fondo
el alfiler
que es
el yo
amén

jueves, 10 de diciembre de 2020

lunes, 30 de noviembre de 2020

Niebla II

la palabra
es niebla
velo de aire

disipará
quedará su forma invisible
su molde
el silencio

sábado, 28 de noviembre de 2020

Niebla

detrás de la niebla
hay bosques
palabras
caminos

el precipicio
siempre está 
de este lado

jueves, 26 de noviembre de 2020

Resentimiento

el hombre
el hacha
el filo herrumbroso
la espera
la espera
la espera
el árbol que cae
el árbol caído
el resentimiento
la leña
en ese orden

sábado, 14 de noviembre de 2020

Vértigo

el abismo
es una bestia que nunca para de crecer
las apuestas están divididas
unos creen que al final
hay un lecho de rocas
otros
un trampolín olímpico

sin embargo 

el fondo
pudiera no tener fondo

y sin embargo

hay consenso en el vacío
en ese hueco
que es la boca del estómago cuando caemos

porque

un piano de cola
cae desde la ventana de un octavo piso
y ese vértigo
lo sentimos por igual todos

siempre

jueves, 12 de noviembre de 2020

Abismo sin fondo

un por qué
nunca posterga
su voracidad
es implacable
su abismo 
es insoportable
su amenaza
de vida
o muerte

jueves, 5 de noviembre de 2020

Gélido

hace frío
demasiado frío 
para pronunciar ciertas palabras
como "éxito" o "sociedad"

afortunadamente 
tengo suficiente leña
para conservar por mucho tiempo
la lumbre
de la soledad

martes, 3 de noviembre de 2020

Icebergmorfismo

Cuando Maquiavelo desarrolló su pensamiento en su libro El Príncipe, una obra caracterizada por su pragmatismo,  utilitarismo y transaccionalidad, lo hizo exclusivamente pensando, al parecer, en los mandatarios y la relación de estos con el poder y los súbditos.  Sin embargo, es indudable que la visión maquiavélica del mundo, que consideraba al hombre político como un ser predipuesto naturalmente a la degradación, si no de la moral, al menos de su carácter en el mejor de los casos, se ha ido asentando en el vientre mismo del hombre de hoy, ya no como sujeto de poder sino como individuo subjetivo aislado, como la persona (incluída la acepción de careta, máscara) individualista y autocentrada de estos tiempos históricos marcados por el neoliberalismo salvaje, el hiperconsumismo, la competencia caníbal y el darwinismo social.
Este nuevo hombre sometido además al peso del marketing y el imperativo del éxito, que sufre sin permitirse mostrar ese sufrimiento a otros, ese hombre "feliz" que bien pudiera asimilarse  en su fuero interno al modelo de Huxley, ese hombre "feliz" reitero, se repliega para sobrevivir-se, en la fortaleza material externa que ha logrado construir-se a punta de avaricia y sacrificio en los casos más afortunados, una fortaleza que idolatra y cuida a costillas de su placer,  su tranquilidad, su alegría y sobre todo, a costillas de su propia creatividad. Es en ese bastión de hielo, esa estructura de copia, de plagio y repetición que son las capas superpuestas de algo, que habita el ser translúcido, frío y espinoso que es el hombre iceberg, siempre defendiendo su propio merecimiento, su media verdad, su punta de verdad. Sin embargo, es debajo del agua que ese hombre esconde su pesimismo, su intolerancia, esa fragilidad extremadamente sensible en sus partes internas que encuentra compensación en ese deseo tanático de estar siempre presto a hundir un Titanic, a colisionar con la embarcación que es el otro, que es lo diferente, que es lo antagónico. 

sábado, 12 de septiembre de 2020

Petición

quizás no soy digno
de que entres en mi casa
pero
por favor
revísate los pies 
antes de entrar:

pueda que los traigas sucios
del barro de tu morada
del polvo del prejuicio
del cieno de tu propia confianza

por favor
evítame el esfuerzo
de tener que restregar
la mancha de tu soberbia

Dedicado a esos críticos de oficio que deambulan como hienas hambrientas en las redes, siempre buscando, hurgando, chequeando lo que haces, escribes y dices, para luego tomarse el tiempo de opinar, juzgar y denigrar desde su propio sentimiento de carencia e insatisfacción, creyendo que por eso se convierten en seres interesantes o inteligentes. Para ellos y sus acólitos del morbo y el hastío. Que lo disfruten.

jueves, 20 de agosto de 2020

Cubo perfecto

Nadie puede escapar de lo temporal 
nadie puede escapar de lo eterno

la puerta de la muerte
es de entrada
no de salida

la vida tiene demasiadas esquinas

no hay escape
si hay escapista

martes, 21 de julio de 2020

Capitulación

A Corina Freyre Gaspard

siempre seré
tierra de nadie

pero hablemos de política
y aclaremos
que tu bandera
está clavada en mí
reinando única e inequívoca
en este desierto de astas rotas
que es el imperio
de mi lealtad 

esta tierra es inexpugnable
como todo lo digno
cuando se erige sobre sí mismo
y en esta capitulación
que soy yo entregándome
está la certeza implícita
de ser
el territorio más seguro de todos

miércoles, 8 de julio de 2020

EL IMPERIO DEL OJO

Nos hemos acostumbrado a vivir bajo el imperio de los ojos. Lo que se ve se asocia con lo que se cree que es y con lo que se cree que existe, con lo que se conoce o con lo que se puede llegar a conocer. La imagen vale hoy día más que lo que se escucha, que lo que se siente, que lo que se piensa. Lo abstracto, lo invisible, lo tácito, lo anónimo, son víctimas de la depreciación por parte del acto. El acto es rey. Si no se ve, si no se enseña, no pasó. Si no pasó, no porque no ocurriera desde el punto de vista fáctico sino porque no fue visto desde la perspectiva de otra presencia, de un testigo, ese acto ha sido un desperdicio. Se ha fracasado. El éxito es ver el éxito. El éxito y la verdad están afuera y dependen de un tercero.

En el autoritarismo de la videncia, en el reino del afuera, la percepción proveniente del resto de los sentidos se siente dudosa, falsa, cercana a lo incomprobable; lo metafísico está muy cerca de lo ridículo y el espacio interno, de lo inútil. Entonces, la consecuencia se muestra cruda y cruel: el hombre hace de sí y de la otredad, una vitrina, un objeto, un hecho. Porque un ojo desconectado del resto de la información se convierte en una línea de producción, en un aparato de cosificación. Y las cosas por ser cosas, y las personas que se han hecho cosas, se usan, se utilizan, se desgastan, se manipulan, se reemplazan. Se desechan.

Bajo el imperio del acto, lo emocional y lo mental pierden fuerza. El pragmatismo es lo concreto. Todo se manifiesta hacia afuera y la vida interior se deshabita y se hace yerma. Se abandona lo interno, invisible para esos ojos que no pueden ver hacia adentro. En esa aridez práctica y operativa somos videntes que ya no ven, millones de Ojos de Saurón mirando, buscando, persiguiendo las llamas del deseo, ya sin siquiera saber por qué. Saurón es un ojo (y un panóptico) viendo a otros ojos que ven y, en ese ver, ya ni sabe por qué es Saurón. Es esa ignorancia la que nos acerca a la maldad. 

En la ética Aristotélica, el fin último de los seres humanos es alcanzar la felicidad. Todos los fines desembocan pues, según este genio neurótico de la filosofía, en la necesidad de ser feliz. Para lograr la felicidad, Aristóteles sugiere el camino de la virtud, ese punto medio entre los extremos que son el exceso y el defecto. Esta visión lógica del centro como vía a la felicidad es también compartida por las escuelas filosóficas del budismo Mahayana. La Vía media. Se llega a la felicidad a través de la virtud y se ejercita la virtud desde el medio de los extremos. Sin embargo, en el posmodernismo, ese lugar en el que todo se permite, todo vale, todo está justificado y todo es una consecuencia de las razones de cada razonador, es posible preguntarse si el concepto de felicidad es independiente de quien lo piensa. El individualismo de la razón erige la excusa y la duda como fundamento de todo. La razón da paso a las razones (en plural), se pasa al politeísmo racional. Es aquí cuando se cuestiona la idea del malvado como buscador de la felicidad a través del camino de la perversión. El asesino en serie por ejemplo: un depredador que sigue de manera sistemática una pulsión irrefrenable que, una vez satisfecha, le hace feliz (¿o es placer?) a costillas del sufrimiento del otro (¿del otro convertido en cosa?). Esta idea que desecha la vía media y que ridiculiza la virtud, otorga a la perversión la capacidad de dar felicidad. Y fundamenta además todo lo que ya hemos hablado sobre el mandato de lo externo, la desarticulación de lo interno, la muerte de los sentidos a manos de los ojos. Creer esto significa, no sólo que los malvados pueden ser felices, sino que de alguna forma y en ocasiones, son poderosos, astutos e inteligentes.

La idea del malvado actual va cónsona con esa tendencia a hacer de todo hecho un espectáculo. La maldad en realidad llega a ensalzarse y a equipararse como una habilidad. En la actualidad, algunas culturas consideran al que actúa bien, en beneficio del otro, el que busca la felicidad en la virtud, el que no toma ventaja o aprovecha las situaciones que se le presentan a costillas de la generación de sufrimiento, como un tonto o un hipócrita. En realidad, si lo pensamos con detenimiento nos daremos cuenta de que el malvado no es un héroe sino un ignorante que no se ha detenido a pensar. Es un hombre sin preguntas: no se cuestiona sobre el fin último de la existencia, no entiende la naturaleza de la realidad, de la conciencia, de lo interno, de la interconexión de los fenómenos. No entiende que la vida no está reducida a cosas y fines. Un malvado es un ignorante en un sentido amplio: aquel que no conoce o conoce mal. El que busca informarse, que se entrega al proceso introspectivo, al análisis y al estudio, se aleja sin darse cuenta de la maldad. No existe un malvado que se haya dedicado, no reduzcamos al conocimiento, sino a pensar, a sentir con todos los sentidos, intuir, escuchar, meditar, entender. Viajar y conquistar el espacio interior.

El cohete de la maldad viaja en dos sentidos. En el fondo un malvado es también un “automalvado”, alguien que se ha convertido en su propio búmeran, alguien al que tarde o temprano le toca enfrentar la desesperanza de su error. Rumiando estas cosas no puedo dejar de pensar en la advertencia a las puertas del infierno de Dante, la cual recuerdo más o menos así: “A través de mi se va a la ciudad del dolor, al eterno dolor entre la gente perdida, abandonen toda esperanza al pasar esta puerta”. El malvado cree que alcanza la felicidad con la maldad cuando en realidad lo que hace es nunca redimirse del sufrimiento. La maldad es per se el castigo del malvado, pues lo condena a la muerte de lo insalvable; es barata, desgraciada y superficial, como dice en sus maravillosas clases de La Divina Comedia la poeta Cinzia Ricciuti. Para ella los demonios son meros funcionarios en ejercicio de la burocracia del mal, seres alejados del amor, de la gracia, de la luz. Tiene razón. No por nada Dante y Virgilio van de círculo en círculo evitando sus alcabalas. No por nada, el jefe arquetípico de todos los malos, el innombrable, está enterrado de la cintura para abajo en el centro del infierno. Inmóvil, castrado de facto, impotente. Siempre con los ojos puestos en el afuera, en el espectáculo de la condena que es el afuera, que es el infierno.

Antropológico Existencial

Un hombre es, en  esencia, una soledad ontológica. Poco importa lo que haga, poco importa el cómo, el cuándo, los por qué, la historia, el dónde, que lo haga en grupo o lo haga solo: el hombre verdadero se consigue cuando está solo, solo de sí y de todas las cosas. El hombre es lo que realmente es cuando cierra los ojos para dormir. Antes de dormirse se ve a sí mismo, esa es su realidad verdadera, actual e infinita, ese momento sin vida ni muerte, ni cosas, ni nombres, ni etiquetas, donde los pensamientos, si los hay, son inservibles. Es el momento del hombre vacuo, del hombre agujero negro, de la soledad viéndose a sí misma. Ese es el verdadero hombre, una soledad, un vacío, una decisión que todavía no se ha decidido.

lunes, 6 de julio de 2020

Yermo

Quisiera llorar
pero en medio de este desierto
de arena y sal
sólo queda el resentimiento

las lágrimas
como todo oasis
son un espejismo

domingo, 14 de junio de 2020

COVID 19: el momento filosófico

Lo cotidiano obedece a las reglas de la subjetividad, de lo íntimo, mientras que la rutina, a las del orden, propias del tiempo y el espacio. La libertad, ese estado de sosiego sobrevenido por la aceptación inconsciente y tácita de que aquello que está pasando en el momento y el lugar en el que nos encontramos es lo que es, la confluencia además de este aquí y ahora con lo que queremos sin desear; es decir, la aceptación, esa carencia de expectativas, deseos o frustraciones de nuestra voluntad en el acaecimiento; reconcilia y unifica a lo cotidiano con lo rutinario y viceversa, estableciendo un orden no sólo en el ámbito extrínseco, sino intrínseco de la realidad. Es allí en esa coincidencia cuando las cosas libres pueden transcender, ser al mismo tiempo, medibles y justas, diferentes y bellas. El haz de luz que traspasa la ventana de lo real hace desaparecer el cristal, los conceptos de luz y ventana desaparecen en su interpretación binaria y el cuestionamiento hacia algo nuevo se manifiesta: lo luminoso. Desde esa perspectiva, las cosas empiezan a mostrar significados más abiertos e independientes del consenso. 

A veces, el encierro, libera. Las gríngolas invisibles de lo externo no tienen sentido en el mundo de lo interno. En el claustro, la distracción diaria da paso a la atención, entonces, surgen los pruritos de la reflexión, el cuestionamiento y la introspección y con ellos, las preguntas propias del arte, la filosofía y la religión. Lo "normal" se pone en el tapete, no bajo el microscopio del análisis sino bajo el signo de la interrogación. Algunas respuestas dan paso a una belleza antes inadvertida, sencilla pero no simple. Otras, nos muestran patrones y tejidos que antes no veíamos. Y nuestra vida cambia y tenemos que escoger entre lo bello, la verdad, la mentira y la paranoia. Creer ya no es una opción. Creer es decidir que algo tiene que derrumbarse. Es una decisión metafísica.

Vivimos un momento filosófico por excelencia. Los cimientos del mundo han visto tambalear las razones de su lógica con la aparición del Covid-19. El tapiz de lo externo y lo social ha empezado a desentramarse, idas como estaban desde hace tiempo las costuras del nosotros y del bien común. El siempre pendiente futuro distópico tuvo por fin causa y fecha. Y ya no pudimos ocultar el miedo y la neurosis que nos ocasiona ver a estos tiempos a la cara, sin velos, sin maquillaje, sin demasiada esperanza.

Somos seres que, aunque subjetivos, antropocéntricos, nos hemos volcado hacia el afuera. Pasamos de crear la realidad a ser mal creados por ella. Esto ha sido especialmente notable en los últimos tiempos producto causal del liberalismo caníbal, del darwinismo social que nos degrada y envilece. La cosificación, el consumo anestésico, el corporativismo, la transaccionalidad de las relaciones, la masificación de la felicidad en las vitrinas de las redes sociales, la reducción de la relación al rango operativo, la instrumentalización de la otredad; todo ha desembocado en la manera en que ya no convivimos sino contravivimos, en la forma en que nos autoexplotamos y explotamos a otros, en nuestra relación casual y superficial con el conocimiento, en el onanismo efímero del entretenimiento. Nos hemos y nos han convertido en seres de superficie, incapaces, indefensos, indiferentes ante la profundo. Vivimos en lo externo de las cosas, justo allí donde la tierra es yerma y crecen con facilidad los hierbajos de la perversidad.

Frente a la incomodidad de la introspección, la tentación del hedonismo y la negación que nos facilita la tecnología, ante el dolor que nos causa el cuestionamiento existencialista; apostamos a la epidermis. Vivimos entonces una suerte de banalización existencial. Nos gobernamos bajo un orwellianismo donde todos somos nuestro propio Gran Hermano, uno que ha perfeccionado su manera de vigilarnos y controlarnos porque somo nosotros mismos. La premisa es la misma que propone el bueno de George en 1984: la ignorancia es la fuerza, la ignorancia es la vía, el desconocimiento y la incomprensión es salvación. Sin embargo, en esta nueva versión de la teoría de Orwell, el poder que nos autoejercemos no va dirigido a desconocer o disimular lo externo, sino a nuestro mundo interno. Creemos que la verdad está fuera en la simulación insondable de circunstancias y que la tragedia es algo distinto a lo creado por nosotros en nuestro propio desconocimiento. Vivimos en la selva oscura de Dante incapaces de darnos cuenta de que Virgilio está ahí, queriendo hablamos, advertirnos. 

Adelantándose a los ardores de nuestro presente, el escritor J.G. Ballard sostuvo que el verdadero territorio a ser explorado por la ciencia ficción no era el espacio exterior, sino el interior. Tenía razón. Hay que reiterar: vivimos momentos filosóficos. El futuro llegó, lo normal se está desmoronando y nosotros, con ello. Es menester ser libres. Autolibres si se quiere. Y eso no nos lo va a otorgar nada del afuera.

sábado, 13 de junio de 2020

JUICIO A LOS ESTORNINOS

                                               Dedicado a Dante.

No habrá piedad
para los estorninos
a la verdad como al cielo
nada le importa
la manera en que vuelan las cosas

la circunstancia
sólo la invoca
el que necesita justificarse
el que ya falló

el arrepentimiento
sólo salva
antes de que se quiebre la voluntad
sobre el piso de lo irreparable

ni la belleza 
ni el amor 
ni la esperanza
ni siquiera la misericordia
salvará a los estorninos
del ardor que es consumarse

siempre habrán de volver
a la condena del movimiento
porque nunca nada ha escapado
de la inamovilidad del cielo

volar 
vivir

ese torbellino de círculos
que es perseguir
persiguiéndose,
persiguiéndonos.

VFS.

sábado, 6 de junio de 2020

Inquisitivo

Me pregunto si Dios también sufre,
me pregunto si fue sufriendo que creó la lluvia, 
me pregunto si estando dentro de mí
siente el anhelo de todas mis preguntas, 
si siente el eco interno de este jarrón vacío
que como un pozo al que se le grita
reverbera
clamando yo
gritando mío

viernes, 8 de mayo de 2020

Ayer

el pasado
corta como el papel
queda en la piel
un ardor
que grita con desesperación
sobre una herida
que nadie nota

viernes, 1 de mayo de 2020

Destierro

yo me fui hace mucho
aún no llego a ningún sitio

todas estás tumbas solitarias
que me traje conmigo
pesan demasiado

jueves, 30 de abril de 2020

domingo, 26 de abril de 2020

La muerte de la primavera

los días
se hicieron bulbos
tomaron un receso
hasta la próxima primavera
(si es que hay próxima)
creció la redundancia
el tiempo se hizo gigante 
el espacio mínimo
nos quedamos sin flores
y sin días
y tuvimos que florecer por dentro

lunes, 23 de marzo de 2020

Extracto de El Clan (novela en proceso)



para ese niño la madre es como el Ojo de Saurón, ella lo ama, lo mira y le juzga desde lo alto de su omnipresencia materna e invisible, no hay nada fuera de ella, todo pasa por ella, es a la vez Gorthaur y Mairon, es el Ojo que todo lo ve, la síntesis perfecta del premio y el castigo, de la felación y la castración, ella es el origen de todo, la medida de las cosas, del amor, de la ejecución absoluta del cuándo y el siempre, su figura está ahí en lo alto, recta, ideal, inquebrantable, iluminándolo y ensombreciéndolo todo al mismo tiempo, creando y sometiendo la fragilidad del niño, es redención y panóptico, refugio y tribunal, es la regente del anillo que controla todos los anillos, del falo que rige todos los falos, mientras ella exista él no podrá ser él, no podrá ser alguien distinto o separado de ella, así que el niño debe encontrarle, enfrentarse a la metafísica de su presencia, transitar el arduo camino de dolor, miedo y culpa que es parirse a sí mismo, destruir el anillo que le controla y controla todos los anillos, traicionar y traicionarse, Frodo, el haber nacido es una traición en ciernes, basta nacer para traicionar a una madre, el niño sabe, Frodo sabe que si no destruye el anillo la madre lo controlará todo, my precious, my precious, crepita intermitente la voz de las llamas que se mueven y van y vienen desde las alturas de Mordor, ambos, Frodo y el niño, van atraídos por la luz perpetua que ilumina y enceguece, que ruega por ellos como si hubieran nacido muertos, Frodo y el niño caminan juntos a ejecutar la traición imposible que significa matar a la madre, es decir a la creación que crea y que los ha creado, ruega por ellos, ruega por ellos, my precious my precious es el nombre del fracaso, ese niño que es my precious no puede llegar nunca a su destino, no quiere llegar al final de las cosas, ese es su triunfo, su triunfo es el fracaso, lo único que separa a la creación de lo creado es lo vacuo porque la nada no se lleva bien con el acto de crear, Frodo, la vida es la cornisa de la nada, el precipicio de una montaña con un ojo demasiado grande, demasiado voraz, con todo lo demasiado que es el amor, Frodo, debemos rendirnos, Niño, lucha, debes luchar o el anillo te va a controlar, Frodo, Saurón no es un ojo, es el faro que nos salva del peligro que es triunfar, que es estrellarse, es el poder que mantiene alejados los floreros de los pisos, es un escudo, un salvavidas y ni el niño, ni Frodo, ni el escritor que fue alguna vez ese niño, están dispuestos a apagar la llama de esa luz

Publicado originalmente en el Blog Los Hermanos Chang AQUI

viernes, 21 de febrero de 2020

Poetón (Poema existencial para Reggaetón)

MAMI
Son las 6 en punto del Domingo
dentro de mí algo arde
y quiere separarme como un itsmo
MAMI
Esto es la fuerza del abismo
resuena en mi piel
como si explotaran por adentro cuatro sismos
MAMI
Salvémonos de los eufemismos
abracemos ya sin culpa
la franja oscura que nos trae el hedonismo

Hey yei
Vamos a fumar
beber
bailar
a ir de visita
al país del sudar
tratemos sin miedo
querernos salvar
que pa’ recibir
te tengo que dar que dar que dar
PAM PAM PAM

Hey yei
Vamos a viajar
comer
saltar
correr sin sentido
al lugar del negar
tratemos con miedo
querernos salvar
que para vivir
hay que olvidar olvidar olvidar
PAM PAM PAM

MAMI
Yo te digo así
es un nombre por cariño
lo que digo yo y lo que dice Freud no es lo mismo
MAMI
Tratemos tratar
Pensar que no sabemos como niños
El vivir nunca se llena evadiendo la verdad del silogismo
MAMI
Ya fracasó Houdini con el escapismo
y lo único que está cierto
es la muerte, y de nada vale el deconstruccionismo

Hey yei
Vamos a fumar
beber
bailar
a ir de visita
al país del sudar
tratemos sin miedo
querernos salvar
que para recibir
te tengo que dar que dar que dar
PAM PAM PAM

Hey yei
Vamos a viajar
comer
saltar
correr sin sentido
al lugar del negar
tratemos con miedo
querernos salvar
que para vivir
hay que olvidar olvidar olvidar
PAM PAM PAM

sábado, 15 de febrero de 2020

Radio Viral Episodio 2. La Crítica de Cine en el mundo de hoy, con nuestro invitado Viral Hernán Schell

En este episodio conversamos con Hernán Schell, crítico, docente y guionista de cine y televisión sobre la naturaleza y la vigencia de la crítica, sobre lo que significa ser crítico, mientras intentamos echar una mirada al cine de hoy y sus futuros posibles.

lunes, 3 de febrero de 2020

Radio Viral Episodio 1. Danza Contemporánea. Alexey Taran y La Comuna de las Naranjas.

En este episodio conversamos con el coreógrafo, intérprete y docente de Ballet y Danza Contemporánea Alexey Taran. Ganador del Premio Guggenheim y numerosos galardones y reconocimientos internacionales, Alexey estará compartiendo con nosotros su visión de la danza, la improvisación y lo colectivo, a la par que nos cuenta sobre su última obra: La Comuna de las Naranjas, Primera Parte.


 

sábado, 1 de febrero de 2020